Por qué la innovación en materiales es la clave para un futuro sostenible

La nuestra ha sido una historia de adaptación y superación. Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha buscado materiales para mejorar su vida cotidiana. Lo podemos ver en la evolución desde las herramientas hechas de piedra hasta los plásticos avanzados y las ciencias experimentales de los materiales; así es como la innovación en materiales puede cambiar nuestras vidas a mejor.

Close-up of flax on a white background

Empezamos nuestro viaje dando un paseo por el ayer más lejano. Fue alrededor del año 3000 a. C. cuando los humanos, en busca de refugio contra los elementos, se toparon con las herramientas primitivas de la naturaleza.

Una colección de rocas robustas esparcidas por la Tierra. Automáticamente, me viene a la mente una escena que me recuerda a "2001: Una odisea del espacio", de Kubrick, o a la escena inicial de "Barbie", de Gerwig.

Hasta en el mundo moderno, el encanto de la piedra perdura. A día de hoy, vemos piedra en casi cualquier dirección. Hasta mirando por la ventana desde la sede central de Polestar, una piedra de mármol nos saluda.

El metal iluminador

Avancemos hasta hoy (bueno, hasta 1825) y el descubrimiento del aluminio. Debemos agradecerle esta maravilla al químico danés Hans Christian Ørsted, que revolucionó la industria del transporte y transformó el mundo del diseño.

A pesar de su potencial sostenible, el reciclaje del aluminio no está exento de complicaciones. Existen más de 500 tipos de aluminio, lo que dificulta su identificación y clasificación en las plantas de reciclaje. Esto provoca la contaminación de las distintas variantes e impide que el aluminio reciclado sea apto para aplicaciones de alta calidad.

La solución es de lo más sencilla: etiquetado y codificación por colores. Esto permite diferenciar las distintas calidades y reciclarlas por separado, lo que a su vez cierra el ciclo del material.

Comodidad y conservación

En 1907, el químico belga Leo Baekeland sintetizó el primer plástico y lo registró en la oficina de patentes un día antes que su rival. Hoy está en todas partes, y si bien su flexibilidad ha revolucionado la fabricación, la dependencia de los plásticos de los recursos fósiles ha provocado una llamada al cambio.

Uno de los plásticos más utilizados, el cloruro de polivinilo (PVC), se produce a partir de petróleo crudo, lo que ya sabemos que es perjudicial para el medioambiente.

Sin embargo, algunos estudios recientes en el campo de los materiales han conseguido sustituir el petróleo crudo por aceite de pino en la producción de plásticos. Con ello se reducen en un 70 % las emisiones de gases de efecto invernadero. El PVC bioatribuido es el primero de su clase y se utiliza en la tapicería del Polestar 3, lo que mitiga aún más la huella de carbono de nuestra flota.

Trenes supereficientes y levitantes

Adentrémonos en otro terreno que también ha estado últimamente en el radar de mucha gente, pero por motivos diferentes. Los semiconductores, como sabemos, tienen una enorme demanda en todo el mundo.

Además, la investigación sobre superconductores continúa. Imagina un mundo donde la electricidad fluya sin resistencia, los trenes leviten y la pérdida de energía sea cosa del pasado.

No hace mucho, esto era una utopía, ya que el material requería temperaturas ultrabajas o una presión inmensa para funcionar.

Sin embargo, un nuevo estudio afirma haber conseguido un material superconductor a presión ambiente muy por encima de la temperatura ambiente, una hazaña que afecta básicamente a todo lo que funciona con electricidad. En Polestar, hemos recibido la noticia con los brazos abiertos.  

Desde la publicación del estudio, laboratorios de todo el mundo se han puesto en marcha para reproducir los resultados del estudio, y ya están llegando informes satisfactorios.

Bio-attributed MicroTech used in the Polestar 3 upholstery.

El sueño de los alquimistas

Pasando de un material innovador a otro, llegamos a una categoría situada justo entre lo natural y lo sintético: los materiales compuestos. Estos fusionan lo mejor de ambos mundos para ofrecer un rendimiento que supera las expectativas.

En el corazón de los materiales compuestos se encuentran las fibras, hebras delicadas de origen natural o sintético que forman la columna vertebral de estas creaciones. La fibra de carbono, quizá el más conocido de todos los materiales compuestos, se utiliza en todo tipo de productos, desde naves espaciales a palos de golf, pasando por el Polestar 1.

Pero esto es solo la punta del iceberg en lo que respecta a los materiales compuestos. En el Polestar 3 utilizamos el compuesto de fibra natural de Bcomp. El material está hecho de lino cultivado en Europa y es casi tan resistente como la fibra de carbono, pero un 40 % más ligero y con un 50 % menos de plásticos vírgenes que los equivalentes de plástico.

El lino puede utilizarse incluso para revitalizar las tierras de cultivo entre siembras y evitar así el agotamiento del suelo.

El incesante avance tecnológico de la humanidad ha hecho que nunca hayamos dejado de innovar en materiales.

Ahora nos enfrentamos a un nuevo reto: cómo seguir llevando una vida cómoda y emocionante con un menor impacto ambiental. Esta cuestión está a la vanguardia de la innovación científica, y dado que el tiempo apremia, probablemente los materiales que encontramos en nuestra vida cotidiana cambien radicalmente en los próximos años.

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