Tecnologías del mañana: el placer de la conducción autónoma

En un mundo donde el transporte está en constante evolución, tenemos que fijar la vista en el futuro. A medida que avanza el desarrollo de los coches autónomos, nos preguntamos si podrán mejorar la experiencia de llevar el volante. Como marca de coches eléctricos de alto rendimiento, ¿qué significa para nosotros la llegada de la conducción autónoma?

Front facing Polestar 4 in the dark.

El futuro del transporte se ha representado de muchas maneras: desde los vehículos autónomos de "Minority Report" hasta el DeLorean que viaja en el tiempo en "Regreso al futuro" (mención especial para "Blade Runner"). Aunque todavía no hemos descubierto cómo viajar por el espacio y el tiempo con un coche clásico de 1981, la conducción autónoma se está alejando rápidamente del género de la ciencia ficción, lo que nos lleva a la pregunta: ¿acabará la conducción autónoma con el placer de conducir?

El placer de conducir

Conducir no es solo girar el volante y acelerar; es una aventura en la que tienes libertad total para explorar. Es la emoción de tomar curvas cerradas, de sentir cómo el asiento te abraza por la fuerza g con cada acelerón, y la sensación de tener el control de una gran máquina. 

Pero ¿qué impide que esto coexista con la conducción autónoma? Esta tecnología no tiene por qué hacer que dejes de experimentar todo eso. Imagina estar conduciendo y poder cederle el control a tu copilota, la IA, para relajarte, trabajar o disfrutar del entretenimiento durante cualquier desplazamiento. 

Aunque mejor nos dejamos de especulaciones. Nuestro ingeniero jefe de Pruebas, Joakim Rydholm, cuenta con más de 30 años de experiencia en el sector. Cuando le preguntamos por el futuro de la conducción autónoma y cómo afectará al placer de conducir, no vio ningún problema. 

"Imagínate poder relajarte mientras recorres la Ruta 66 y dejar que el coche conduzca solo. Es un trayecto que no va de poner a prueba las prestaciones del vehículo, sino de vivir la experiencia. Es un complemento de la conducción tradicional".

Animation of Polestar 3 ultrasonic sensors from above.
Close-up of Polestar 3 SmartZone
En un coche con funciones de conducción autónoma es todavía más importante elevar la experiencia, porque cuando no se utilice esta tecnología, va a quedar demostrado si es verdaderamente un placer conducirlo.
Joakim Rydholm

Los coches autónomos no están aquí para robarnos el protagonismo, sino para facilitar las tareas cotidianas que solo unos pocos disfrutan, como sortear el tráfico o encontrar aparcamiento. Así podemos centrarnos en disfrutar del viaje.

La idea de que los coches autónomos eclipsarán el placer de conducir puede ser exagerada. El placer de conducir, entendido como una mezcla de emociones y sensaciones al volante, siempre tendrá un lugar en nuestros corazones. La conducción autónoma no ha llegado para arrasar con todo, sino para ofrecer una experiencia de conducción más versátil y flexible.

El futuro no consiste en renunciar al volante, sino en ampliar los horizontes de lo que puede ser la conducción y hacer algo mejor con tu tiempo cuando lo importante es el destino.

Imagina que tus desplazamientos diarios se convierten en una productiva sesión de trabajo o en una cabezada de camino a la oficina. En estos casos, no se sustituye el placer de conducir, sino que se mejora. Y cuando te entren ganas de ponerte al volante para disfrutar de la conducción tradicional, nada te impedirá hacerlo. Ahí valorarás todas las prestaciones del coche.

Tanto si te apetece emplear las manos en otras tareas, conducir a la vieja usanza o una mezcla de ambas, el futuro de la movilidad promete un viaje más emocionante, cómodo y diverso que nunca. Es una autopista con desvíos infinitos, y nosotros vamos a recorrerla. 

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