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Polestar 2

Desafío One Charge: Denver, Colorado

En esta primera edición del desafío One Charge, exploraremos Denver y las Montañas Rocosas para ver hasta dónde podemos llegar con una sola carga. Esta ruta se caracteriza por su altura y sus carreteras sinuosas y empinadas, así que teníamos que planificarla bien para aprovechar hasta el último kilómetro.

Majestic rock formations against a backdrop of a cloudy sky and lush greenery.

Denver, ubicada entre las Grandes Llanuras y las Montañas Rocosas, es una ciudad enmarcada por picos nevados y vastas praderas. Se conoce como Mile-High City, la "ciudad de una milla de altura", ya que se encuentra exactamente a una milla (1,6 km) sobre el nivel del mar. De hecho, esta curiosidad está grabada en los escalones del Capitolio del Estado de Colorado. Su rica historia, que se remonta a mediados del siglo XIX, y su geografía nos animaron a conocerla. El Polestar 2 actualizado tiene una autonomía de 655 km. ¿Cuánto podremos explorar de Denver y sus alrededores sin parar a recargar? Una carga, un viaje . Esta ruta se caracteriza por su altura y sus carreteras sinuosas y empinadas, así que teníamos que planificarla bien para aprovechar hasta el último kilómetro.Nuestro viaje comienza en el Space de Denver, en el corazón de la ciudad. Salimos del ajetreo urbano en dirección al oeste y pasamos por el Empower Field, el estadio de los Denver Broncos (los tres veces ganadores de la Super Bowl y el mayor orgullo de la ciudad). Por desgracia, no estaban en casa durante nuestra visita, así que la primera parada del viaje fue el Museo de Arte de Denver. Se trata de un edificio tan artístico por fuera como por dentro, lo que lo convierte en una visita obligada. Exhibe la exposición Desert Rider: Dreaming in Motion , que detalla las conexiones entre el transporte y la identidad transformando vehículos típicos de la región desértica del suroeste de Estados Unidos en obras de arte.

Front view of a pristine white Polestar 2 parked in front of a tall building.
Worm's-eye view of wooden building and clear blue sky.

Después de disfrutar de los atractivos culturales, vemos cómo la ciudad se encoge en nuestro espejo retrovisor mientras nos dirigimos hacia las montañas del oeste. Al salir de la autovía, dimos con un cartel que indicaba la entrada 1 a Red Rocks. No puedes visitar Denver y no parar en el legendario anfiteatro Red Rocks. Más allá de su impresionante arquitectura, no sería raro que te encontraras a tu banda favorita tocando allí.La construcción de esta imponente sala de conciertos comenzó hace unos 70 millones de años . No, no la creó ninguna mente brillante, sino un evento geológico conocido como la orogenia Laramide, que colocó los monolitos de 90 metros que hoy rodean el escenario. Si bien crean un telón de fondo dramático y único, también cumplen un propósito auditivo. En lugar de reflejar el sonido, estas rocas lo absorben, creando un efecto acústico muy particular. En este enclave natural han tocado artistas de la talla de los Beatles, U2, Jimi Hendrix y Diana Ross.De hecho, la revista de música Pollstar (menuda casualidad) puso el nombre de este anfiteatro a su premio al mejor lugar pequeño al aire libre, tras otorgarle el undécimo galardón a Red Rocks. 

Car in beautiful nature with focus on the sun-drenched mountains reflected in the rear-view mirror.

Después de una hora de viaje por las montañas, llegamos a la carretera al monte Evans. Cada nuevo giro ofrecía una panorámica aún más impresionante que la anterior, así que nos costó elegir dónde parar.No encontramos palabras que hagan justicia a lo que vimos, así que dejaremos que las fotos hablen por sí solas.

01/09

En la imagen de abajo se elevan las vigas verde esmeralda del puente de arco Red Cliff Bridge entre vegetación frondosa y rocas escarpadas. Se construyó en 1941 gracias al compromiso de los trabajadores de pasar días enteros suspendidos en arneses sobre el cañón, a pesar de las tormentas invernales y los vientos huracanados.Junto a este puente pusimos punto final a nuestra aventura, pero eso no significa que la tuya tenga que acabar aquí, ya que había muchas estaciones de carga por el camino. Para disfrutar de estas vistas, circula por la I-70 en dirección oeste, pero no dudes en desviarte de vez en cuando para encontrar joyas escondidas.

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