La autonomía real de un vehículo eléctrico depende del propio vehículo, el estilo de conducción, el clima y las condiciones de la carretera. Saber cómo estos factores influyen en el consumo de energía te ayudará a la hora de hacer viajes más largos.
La autonomía real de un vehículo eléctrico depende del propio vehículo, el estilo de conducción, el clima y las condiciones de la carretera. Saber cómo estos factores influyen en el consumo de energía te ayudará a la hora de hacer viajes más largos.
El coche en sí
El peso total, el tipo de neumáticos y su estado y la climatización afectan al número de kilómetros que puedes recorrer con la batería totalmente cargada (o el depósito lleno, como prefieras llamarlo). Lo mismo ocurre si instalas una baca o un remolque. Cuanta menos energía se utilice para contrarrestar la resistencia a la rodadura o a las diferencias de temperatura, más energía se podrá convertir en movimiento.
Clima y condiciones de la carretera
El viento, la temperatura exterior y el estado de la carretera influyen en la cantidad de energía necesaria para propulsar un vehículo eléctrico. Un clima frío, por ejemplo, hace que la batería trabaje más, y si además recurrimos a la calefacción, la propulsión puede disminuir. Sin embargo, climatizar el coche previamente mientras se carga aumentará su autonomía.
Estilo de conducción
Pisar a fondo el acelerador para alcanzar esa sensación de velocidad puede resultar tentador, sobre todo con la potencia de aceleración de un vehículo eléctrico. Sin embargo, un estilo de conducción más suave te permitirá aprovechar hasta el último kilómetro.