El fin del principio

Desde hoy, 24 de junio, Polestar cotiza en el Nasdaq de Nueva York con el nombre PSNY. Esto nos permite dar la bienvenida a los accionistas, así como a los clientes, para que se unan a nuestro viaje hacia un rendimiento eléctrico más sostenible. Esto es una confirmación de que Polestar ha alcanzado la mayoría de edad. El final del principio. Y un comienzo de algo más.

Polestar se fundó con una idea: Rendimiento eléctrico sostenible basado en el diseño, una idea que se expresó en el lanzamiento de nuestro primer coche. El Polestar 1, un híbrido eléctrico minimalista, fue un mensaje para la industria automovilística tradicional y convencional. Un mensaje que no podía ser ignorado.

Aquel coche, al igual que Polestar hoy, no se podía encasillar, no era fácil de definir. Planteó preguntas, inició conversaciones y construyó la plataforma que nos ha permitido decir más. Pero el progreso rechaza el statu quo, el cambio es necesario.

Hemos recorrido un largo camino desde nuestro lanzamiento, superando continuamente los límites para crear nuevos coches. Y ahora ha comenzado una nueva era. El interés de los consumidores por la electrificación está creciendo a buen ritmo, ya que las ventajas medioambientales y económicas de la electricidad la convierten en una opción obvia.

Hoy estamos en marcha, somos un fabricante de vehículos que ha superado sus orígenes. Tenemos más de 55.000 coches en la carretera, cada uno de ellos un mensajero del cambio. Una visión de progreso. Una visión que puede verse en 25 mercados hoy en día. Y no, no nos detenemos aquí.

Prometimos crecimiento y lo estamos cumpliendo, dice Thomas Ingenlath, director general de Polestar.

Pero más que eso, prometimos el cambio. Progreso. Para seguir ofreciéndolo, la marca debe evolucionar constantemente. Y nunca dejar de empujar.

Y estamos retirando ese primer mensajero, el coche que lo empezó todo, el Polestar 1. Pero esto no es el principio del fin.

Es sólo el final del principio.

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